Con su aire puro y la altísima calidad de vida, podríamos decir que Suiza nos ha rejuvenecido a todos los hemos formado parte de la «Ruta cultural y paisajística por los Alpes Suizos».
En una semana hemos descubierto los atractivos naturales, históricos, culturales y gastronómicos de Suiza. Y es que Zurich, Lucerna, Berna, Lausana, Montreux, Ginebra, son todas ciudades encantadoras con bellísimos rincones y monumentos para visitar.
Una de las incógnitas en un viaje a Suiza es el tiempo y una semana da para todo: sol, nubes, lluvia… En Lucerna el sol se nos resistió y también nos tuvimos que conformar con navegar por el lago Brienz bajo un cielo bien negro y amenazador. A cambio nos sentimos recompensados con el cielo claro y el sol radiante que tuvimos en el mirador de Gornergrat, donde disfrutamos de unas vistas fantásticas de los Alpes Suizos y nos hicimos una memorable foto de grupo.
En Suiza todo es bonito y plácido, pero si tuviéramos que destacar alguna cosa, diríamos que nos sorprendió gratamente el casco antiguo de Ginebra y nos maravilló la Capilla de la Piedad y la Virgen Negra de la Abadía de Einsiedeln, donde nos fuimos colando a la sacristía en grupitos pequeños y vimos cantar a los monjes desde primera fila.
Los recorridos de los trenes panorámicos, como el Golden Pass, también fueron sencillamente espectaculares y tuvimos el privilegio de ir en vagones privados reservados que Mitic Viajes reservó en exclusiva para nosotros.
¿Y qué sería de un viaje a Suiza sin probar el queso y el chocolate? En la estación del cremallera de Zermatt degustamos una deliciosa fondue en un auténtico chalé suizo. Incluso los celíacos pudieron comer queso y fondue aptos para ellos. Y una de las anécdotas más graciosas del viaje fue cuando llegamos a una fábrica de Emmental dispuestos a conocer el proceso de elaboración de este famoso queso y resulta que los encargados eran de Lugo y nos dieron todas las explicaciones con su característico acento gallego. Estas anécdotas son las que convierten cada viaje en único.

Plaza de lzs Naciones en Ginebra (izquierda) y cascada Staubbachfall en el valle de Lauterbrunnen (derecha)
Sin quererlo, a lo largo de este viaje cultural en grupo por Suiza hemos ido siguiendo la estela de personajes famosos. En Meiringen vimos la cascada de Reichenbach de 120 metros de altura, que el escritor Sir Arthur Conan Doyle eligió como escenario de la muerte del célebre Sherlock Holmes, inmortalizado con una estatua en la plaza del pueblo. En la bella y bohemia Montreux, un Freddie Mercury de bronce y con actitud desafiante preside el florido paseo a orillas del lago Leman. También en Montreux, en las mazmorras del Castillo Chillon estuvo recluido el sacerdote François Bonivard, a quien Lord Byron dedicó un poema. Y resulta que en el hotel-restaurante de Ginebra donde hicimos la comida de despedida de este viaje por Suiza se han alojado celebrities como George Clooney o la familia Clinton. Sin duda, un final de lujo.