Del 8 al 15 de julio de 2017
Islandia ofrece un espectáculo visual fascinante protagonizado por una naturaleza singular y en estado puro. Volcanes, cataratas, glaciares y fiordos crean un paisaje único e increíblemente hermoso que cautiva a los viajeros e inspira a artistas y fotógrafos de todo el mundo.
En este viaje disfrutaremos de la belleza de magníficas cascadas, todas diferentes y cada una con alguna peculiaridad: Gulfoss, realmente espectacular y fotogénica; Skogafoss, una de las más altas; la mágica Seljalandsfoss; Dettifoss, la cascada más caudalosa de Europa; Godafoss, la Cascada de los Dioses, y las legendarias Hraunfossar y Barnafoss. ¡Y es que lo que no falta en Islandia es agua! Recorreremos parques nacionales, como Thingvellir, situado en un valle fruto de la ruptura entre las placas tectónicas norteamericana y eurasiática y donde se encuentra el primer parlamento islandés fundado en el año 930, y Skaftafell, en el que la principal atracción es de nuevo una curiosa catarata, Svartifoss, rodeada de columnas de basalto. Dos de los momentos inolvidables de la ruta serán avistar ballenas y navegar entre icebergs y focas en la laguna glaciar Jökulsárlón, que nace de una de las lenguas del inmenso Vatnajökull, un glaciar de 8.300 km², y desemboca en el océano.
En la costa sur y este también veremos paisajes de postal como la playa de arena negra y las formaciones rocosas de Vik o los pequeños fiordos salpicados de pueblecitos de pescadores. Mientras que en el interior el impresionante campo de lava de Eldhraun, originado con la erupción del volcán Laki en 1783 y actualmente cubierto de una espesa capa de musgo, o el de Leirhnjúkur, que reposa sobre una gran cámara magmática aún activa, nos dejarán sin aliento. La zona geotermal de Námaskard, la plácida imagen del cráter inundado del volcán Viti, así como las columnas de lava de Dimmuborgir y la zona de cráteres de Skútustadirens en los alrededores del lago Myvatn nos recordarán que en Islandia la natura está bien viva y manda.
No nos perderemos la visita de las dos principales ciudades islandesas: Akureyri, con casas de colores y una catedral bien original, y Reikiavik, una capital moderna y acogedora que no olvida su pasado vikingo. Y el colofón del viaje será un relajante y rejuvenecedor baño en la Laguna Azul, que pondrá punto y final a esta vuelta por Islandia, durante la cual habremos podido apreciar los contrastes paisajísticos de esta isla mágica.