Panorámica de Portofino
La Liguria es uno de los rincones más especiales de Italia, un territorio donde la influencia del mar se nota en su cultura.
Esta ruta con inicio y fin en Génova la hemos disfrutado dos grupos de viajeros, que durante cinco días nos hemos dejado maravillar por el arte renacentista y barroco, la belleza del paisaje de costa y la deliciosa gastronomía.
Interior del Palacio Spinola en Génova
En la ciudad natal de Cristóbal Colón hemos tenido ocasión de recorrer suntuosos palacios y de admirar la increíble colección de arte del Palacio Spinola. De arte escultórico también estaba repleto el Cementerio Monumental di Staglieno, que Hemingway calificó como una de las maravillas del mundo por la calidad de sus obras y por su entorno romántico. Mitic Viajes nos lo tenía reservado como sorpresa hacia el final del viaje.
Cementerio Monumental de Staglieno en Génova
Entre visita y visita, Jesús nos amenizaba los desplazamientos con un buen repertorio de canciones italianas que han sido la banda sonora de este viaje. También hemos comido en restaurantes típicos locales y, como detalle de Mitic Viajes, hemos degustado la Focaccia di Recco. Se trata de una fina capa de pasta elaborada con harina, aceite y sal, rellena de este queso que recibe el nombre de la localidad de la que es originario. ¡Sencillamente, delicioso!
Vistas desde la iglesia de San Pedro en el Promontorio delle Bocche en Portovenere
En el momento de visitar Cinque Terre y el Golfo de los Poetas, la experiencia de cada grupo ha sido bien dispar. El grupo de Andrea disfrutó de un tiempo espléndido que les permitió hacer el recorrido con barco y fotografiar las preciosas vistas de estos cinco pueblecitos desde el mar. En cambio, el grupo de Maite tuvo que conformarse con recorrerlos en tren a causa del mar. Eso sí, la experiencia de ver los acantilados y el mar des de la ventana del tren, sobre todo, al salir de los túneles, también es impactante.
Además de pasear por Monterosso y comer en Manarola, dos de las pintorescas y encantadoras Cinque Terre, también llegamos hasta Portovenere, una localidad llena de rincones fascinantes como la gruta de Lord Byron o la iglesia de San Pedro encima del Promontorio delle Bocche.
Paseando por Portovenere
En el Golfo de Tigullio pudimos experimentar dos lugares muy diferentes: la impresionante Abadía de San Fructuoso, que visitamos a primera hora prácticamente solos como si se tratase de una visita privada, y la glamurosa localidad de Portofino, donde nos contagiamos de la dolce vita tomando un vermut en una terraza en plena Riviera Italiana.
Este viaje nos ha demostrado una vez más que en Italia siempre hay lugares sorprendentes por descubrir.