Del 2 al 5 de noviembre del 2022
Castillos de ensueño, pueblos medievales encaramados en lo alto de riscos imposibles, un espectacular río subterráneo y lo mejorcito de la gastronomía francesa nos esperan en el Perigord. Esta región situada en el sur de Francia presume de ser una de las más bonitas del país. Si quieres comprobar que todas las maravillas que dicen de ella son verdad, tendrás que acompañarnos en este viaje cultural en grupo al Perigord francés.
Saldremos desde Barcelona en autocar y antes de llegar a Sarlat la Caneda, la capital del Perigord Negro, haremos un alto para descubrir el castillo de Pennautier, un castillo del siglo XVII que está considerado uno de los más bellos del sur de Francia.
La localidad de Sarlat la Caneda sería el escenario ideal para rodar una película histórica. Con sus 65 edificios y monumentos catalogados, es la ciudad con más densidad de monumentos históricos de Francia y uno de los núcleos medievales más bien preservados de Europa. Tendremos la oportunidad de conocer a fondo sus callejones y monumentos, ya que aquí es donde nos alojaremos a lo largo del viaje.
El otro castillo histórico que visitaremos es el castillo de Fenelon. Situado en la tranquila población de Saint Mondane y rodeado de paisajes de gran belleza, sus orígenes se remontan al siglo XIII y tanto el exterior como los interiores están en un estado de conservación magnífico. Además, la región del Perigord es famosa por la calidad de sus productos gastronómicos, entre los que destacan el foie, las trufas, el aceite, las castañas y los quesos. Dicen que el Perigord se descubre con el paladar, y seguro que disfrutaremos de sus delicias.
La proximidad del Parque Nacional de las Causses de Quercy nos sorprenderá por sus maravillas naturales. El pueblo de Rocamadour, situado en lo alto de un risco y con edificios esculpidos en la roca, nos dejará sin palabras. Además de ser una de las vistas más emblemáticas de la región, esta localidad es un centro de peregrinaje muy visitado por su santuario de la Virgen Negra.
Pero si hay una visita que no olvidaremos será la de Gouffre de Padirac, donde nos sentiremos como los protagonistas de una novela de Jules Verne. Esta maravilla geológica descubierta a finales del siglo XIX es un enorme pozo de 35 metros de diámetro que da acceso a un río subterráneo por el que navegaremos mientras disfrutamos de las estalactitas y estalagmitas de estas cuevas impresionantes.
Ya de regreso, pararemos en la encantadora Narbona para hacer un almuerzo de despedida el viaje. Esta ciudad histórica de Francia, que cruza el canal de la Robine, destaca por su imponente catedral, por sus conjuntos medievales y también por sus fachadas llenas de vida y de color.